El estratega del papelito

Domingo, día después de un partido del Madrid. Partido en el que no estuvo brillante, pero que ganó. No hay muchas jugadas a las que agarrarse para rellenar la sección de deportes de los telediarios. Solución fácil, aprovechar y hablar más del resto de equipos. Solución adoptada, hablar del “Papelito de Mou”.

Al parecer, el que un entrenador de una orden táctica escrita en un papel, es la leche. Es algo de lo que hay que hablar, y por supuesto, algo que hay que elogiar.

Nos enseñaron como se lo da a Pepe, como éste se lo comunica a sus compañeros y como finalmente se lo guarda en la media. Se imaginan que pone en el papel, y nos lo muestran en un papelito imaginario, mientras doblan las imágenes de Pepe, suponiendo lo que le dice a cada uno de sus compañeros.

Pues con esto, 5 minutitos de telediario y aficionados contentos porque les acaban de volver a demostrar lo que ellos ya sabían. Su ídolo es la ostia. En cambio, no he oído hablar demasiado de lo que tardó Guardiola en darse cuenta que la defensa de 3, no le estaba funcionando contra el Betis. Eso parece que no interesa o piensan que puede ofender a quien no debe.

Y en realidad, todo lo que pasó fue que un entrenador cambió la táctica de su equipo porque ya habían remontado el partido a falta de 5 minutos para el final. ¿Y eso es noticia? ¿Para qué coño están los entrenadores si no? Pero hemos llegado a un punto en el que hagan lo que hagan Madrid y Barça, hay que elogiarles, hay que decir lo buenos que son, no vaya a ser que los pobres aficionados nos olvidemos de ello.

Me pongo en la situación de otros entrenadores de primera, viendo ese telediario en su casa, sin esperanzas de ver una noticia de su equipo y pensando en que ellos no solo cambian la táctica durante los partidos, también lo hacen cada semana. Recolocan jugadores en distintas posiciones, cambian la disposición y hacen jugar a gente del filial. Porque en esos equipos no hay sustitutos para todos los titulares, y las sanciones y lesiones, hacen mucho daño. Esos sí que son estrategas.

Eso centrándonos en el fútbol. Esos mismos periodistas, supongo que alucinarán viendo un partido de baloncesto. Porque las defensas y los ataque 

se cambian continuamente. Zona, individual, con 2 pívots, 4 exteriores, al contraataque, posicional, cambio de jugadores constantes… Es como pasar del 4-4-2 al 4-2-3-1 y luego al 3-4-3, solo que 15 veces por partido. Pero bueno, no sabemos lo que podrían hacer Guardiola o Mou, si les dejaran un tiempo muerto. O lo que intentarían hacernos creer que podrían hacer.

¿De verdad necesitamos como aficionados que nos cuelen estas gilipolleces? ¿De verdad necesitamos que nos digan solo lo que queremos oír? Espero que no, aunque ya no se qué pensar.

Siempre he pensado que las cadenas de televisión ofrecen lo que la gente quiere ver. Por lo menos en programación de entretenimiento. Pero también defiendo que la información no debe tratarse igual. Información hay una sola. Lo demás son opiniones subjetivas, que no deberían tener cabida en telediarios. Para eso, ya tenemos las tertulias deportivas.

¿Que opináis el resto? Por lo que hablo y escucho por ahí, si que hay personas que prefieren que les mientan a que les digan algo que va contra sus opiniones.

Pues yo no. Quiero un periodismo digno. Que informe rigurosamente. Quiero que me digan lo que pasa, aunque no me guste. Y habrá más gente como yo. Que nos den las noticias, tal y como son en realidad, y que confíen en nosotros, que seremos capaces de analizarlas y crearnos nuestra propia opinión. No necesitamos que nos dirijan mientras nos informan.

Todo esto pasa a dos días del clásico, y presentar a los entrenadores como grandes estrategas contenta a mucha gente, lo se, pero ¿conseguiremos informarnos sin que los periodistas forofos de cada bando intenten alistarnos a su ejército de seguidores descerebrados? No lo creo. ¿Conseguiremos resistirnos y pensar por nosotros mismos? Espero que si.


PD: Ha pasado mucho tiempo desde la última entrada. Poco a poco volveremos a la normalidad. Gracias por esperar.


Papa, echaré de menos tus comentarios. Gracias por todo