lunes, 12 de marzo de 2012

El gen de los Cracks

Hay una cosa clara. Los verdaderos cracks, son especiales. Tienen un algo, que les diferencia de los demás. No es solo su calidad, su físico. Hay algo más detrás. Normalmente les caracteriza una competitividad exagerada, un ansia de superación, la necesidad de ganar… Poseen el gen de los cracks. Ese gen que les hace superiores a los demás.

Solo hay un problema. Tener ese gen, en la mayoría de los casos, supone una falta total de raciocinio, y una egolatría y prepotencia también muy superior a las del resto de mortales. Solo así se explican ciertas cosas.

Durante el último mes, Dwight Howard, ha estado en contacto con varios equipos de la NBA, para decidir a qué equipo quiere irse, ya sea este año tras un traspaso, o al año que viene como agente libre.




Uno de los más interesados ha sido Los Angeles Lakers. En su intento de  remodelar el equipo, Dwight Howard, es una pieza muy deseable para acompañar a Kobe Bryant. Incluso éste, ha hablado con el jugador de Orlando.

Pero ahí empezaron los problemas. No se sabe exactamente lo que hablaron, pero al pivot de los Magic no le gustó demasiado. Y es que los genes de ambos chocaron como dos trenes de mercancías.

Conversaciones tensas...


Desde que hablaron, Howard, no ha dejado de filtrar que no le interesan los Lakers. Que prefiere otros equipos

Sus últimas declaraciones aclaran la situación. Preguntado por las opciones que manejaba, no dudó en afirmar que quiere ser referente del equipo en el que juegue, y que los balones del último cuarto sean para él. 

Esa no es precisamente la definición de los Lakers de Kobe.

Y por lo último que he leído, lo mismo pasa con Chicago, ya que ha declarado que no quiere jugar junto a Derrick Rose.

Le han ofrecido jugar en equipos candidatos al anillo, y no quiere porque no es el protagonista. Prefiere ser el referente de su equipo, aunque no pueda ganar títulos. ¿Qué coño tiene este tío en la cabeza? Debo ser muy raro, porque no lo entiendo.

No se iría a un equipo en el que no vaya a jugar, en el que no vaya a cobrar lo mismo… Simplemente sería el segundo del equipo y no el primero. Prefiere ser el mejor, al que todos buscan, al que mas respetan. Eso si, con los mismos anillos que yo.

Es lo que tiene ese gen. Te da, pero también te quita.

Porque esto no es un caso aislado. Mismamente, Kobe Bryant, ya hizo que los responsables de Lakers, eligieran entre él y O’neal. Ganaron anillos, 3, pero parece que no era suficiente. O’neal le quitaba tiros, protagonismo y minutos de televisión. Al final O’neal se tuvo que ir. Y los años de sequía llegaron para Kobe. Quién sabe si no hubiera ya superado en títulos a Jordan de haber continuado las cosas como estaban.

Ha ganado otros dos anillos recientemente, pero con Pau a su lado, que no protesta, no pide la última bola, y no osa quitarle protagonismo. 

Y no solo pasa en el baloncesto. En el fútbol también existe el gen. Y con dos ejemplos claros en la actualidad. CR7 y Messi. Repartiendo por igual, que no quiero que os quejéis.



Los dos jugadores más determinantes. Los mas mediáticos también. Ambos ganan títulos tanto individuales como colectivos. Pero el gen puede con ellos.

Y si no, como se explica que CR7 no celebre un gol de su equipo porque no ha hecho un buen partido. O por qué tira todas las faltas, aunque sean mejor para un zurdo, o perfectas para centrar al área.

O Messi. Que tiene que jugar todos los partidos, esté cansado o no, porque se enfada si no le sacan. Como un niño pequeño. Tampoco le pueden cambiar, por supuesto. 

Y los penaltis, todos son para él. A pesar de su porcentaje de acierto, que no es precisamente muy bueno. Villa y Cesc los tiran mejor, pero puede que carezcan del gen para tirarlos. También es posible que esa falta del gen, sea lo que haya propiciado que aceptaran ir a ser uno más en un equipo, en el que consiguen títulos que no ganarían siendo la estrella en otro lugar.

Yo me pregunto si Messi o CR7 cambiarían sus balones de oro, o sus Fifa World Player, a cambio de haber ganado más títulos con su equipo. No sé si quiero saber la respuesta.

Por suerte, algunos pueden controlar al gen. Aunque no son muchos. 

Un claro ejemplo es Dwyane Wade. En su día, aceptó al desechado O’neal. Consiguió el anillo. Más tarde, no solo acogió a Boss y a Lebron James, sino que dejó el impacto mediático del equipo a este último. Él solo hace su trabajo. No creo que tarde en recibir los frutos de esas concesiones, si Lebron aguanta el ataque del fatídico gen, y no hace las maletas en busca de más protagonismo.


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